PRODUCCIÓN. Obrero en la planta del ingenio Aguilares.
Por Jorge Rocchia Ferro
Presidente Unión Industrial de Tucumán
En el marco del Día de la Industria, Tucumán se encuentra en una encrucijada. Con una estructura productiva consolidada, un entramado de empresas dinámicas y un fuerte aporte al empleo formal, la industria provincial demuestra su capacidad para sostener la economía. Este potencial, sin embargo, podría multiplicarse si los gobiernos, tanto nacional como provincial, acompañaran al sector con políticas públicas claras, sostenidas y orientadas al desarrollo.
Actualmente, el sector industrial tucumano genera más de 40.000 empleos registrados, lo que representa casi el 20% del empleo formal de la provincia. Está compuesto por más de 808 empresas, de las cuales el 95,6% son micro, pequeñas y medianas. Esto confirma no solo su peso en términos económicos, sino también su carácter profundamente arraigado en el tejido productivo local.
A lo largo del tiempo, la industria tucumana ha logrado diversificarse. Más allá del azúcar, históricamente su principal motor, se han desarrollado sectores como la alimentación, el citrus, la metalmecánica, el papel, la industria del conocimiento y, más recientemente, la bioenergía. Este último es un caso paradigmático del potencial aún no desplegado. El azúcar ya no es solo un alimento: es también una fuente de energía renovable con capacidad para integrarse a la matriz energética nacional. Sin embargo, la falta de decisiones políticas sostenidas impide que ese desarrollo se materialice en toda su dimensión.
Esta realidad expone un problema estructural que afecta no solo a Tucumán, sino a toda la región del Norte Grande: las profundas asimetrías regionales. Las distancias con los principales centros de consumo, la infraestructura deficiente, los altos costos logísticos y la dificultad de acceso al financiamiento generan desventajas competitivas frente a otras regiones del país. Y en lugar de equilibrar esas desigualdades, muchas veces las políticas públicas nacionales y locales las profundizan.
Frente a este panorama, la Unión Industrial de Tucumán hace un llamado a toda la dirigencia política y empresaria a consensuar acciones concretas que impulsen la actividad industrial en la región. Es imprescindible promover medidas que incentiven la inversión, fortalezcan la competitividad y brinden previsibilidad a los actores productivos. No hay desarrollo posible sin una industria sólida, y no existe una industria sostenible sin políticas públicas que la respalden. La Ley de Fomento a las Inversiones, sancionada recientemente por los parlamentarios tucumanos con el impulso del Gobierno provincial, representa un ejemplo concreto del camino que debemos seguir si realmente aspiramos a acompañar al sector privado. Todas las voces son importantes, como quedó demostrado durante el debate legislativo, pero en los hechos resulta fundamental acelerar los tiempos: no solo para atraer nuevas inversiones, sino también para proteger y consolidar las que hoy sostienen el entramado productivo de nuestra provincia.
A pesar de las dificultades, el sector mantiene su compromiso con la provincia y con el país. La industria continúa generando empleo, divisas a través de las exportaciones, valor agregado y posibilidades reales de desarrollo sostenible. Por eso, este Día de la Industria debe ser más que una conmemoración: debe ser una oportunidad para reflexionar colectivamente sobre el rumbo que queremos tomar La industria tucumana tiene todo para seguir siendo un pilar del crecimiento. Pero para que ese potencial no se desperdicie, se necesita algo más que esfuerzo privado: se necesita una visión de un país que la integre, la escuche y la promueva.